Hace rato que vengo reflexionando acerca de la hipocresía que ronda a la historia de la Segunda Guerra. Cada vez que estoy por aquí, veo a todos los europeos levantar el índice señalando hacia Alemania, de donde provino el mal absoluto, que se llevó por delante la bonhomía de todas las demás naciones. Nadie apoyó, nadie fue aliado, nadie se rindió sin luchar frente a las huestes hitlerianas. Todos pelearon por la libertad, la igualdad, la justicia y la vida, . Latvija (Letonia) es el único país donde escuché de medios medianamente oficiales (el museo de la ocupación) una explícita admisión de algo distinto, esto es, que del total exterminio de la población judía de estos latitudes (declaradas por lo tanto Judenfrei, libre de judíos, por los nazis) buena parte se debió a la entusiasta colaboración de una fracción de la población letona. Se estima que un tercio (¡!) de los asesinados lo fueron a manos locales. No creo que haya sido distinto en Lituania, donde los niños todavía cantan
Subía la escalera el judío
Por accidente se cayó
Chicos, tomemos un palo
Y peguémosle al judío!
Qué lindos los chicos!
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