En Estambul hay muchos gatos. Por todas partes se los ve.
Y están tristes.
Una ciudad de gatos tristes no puede ser sino una ciudad triste.
Una ciudad que conoció el esplendor, que vio pasar conquistadores, algunos que desde aquí partieron, y varios otros que vieron agotada aquí la gloria de su marcha.
En Estambul, hoy, Europa esta a la vuelta de la esquina. Ahí nomas, cruzando el Bósforo se llama europa, basta fijarse en un mapa. Avanzando un poquito mas, esta la verdadera Europa, la que muchos vienen a buscar desde el este. Estambul es el borde entre el este de hoy y el oeste de hoy. Como el muro de Berlin antes, es la frontera en la que muchos avizoran la felicidad de lo opulencia que esta del otro lado.
Pero no llegan. El muro es alto.
Estambul es la ciudad donde ahora, se detiene la marcha hacia el oeste de los que buscan la gloria de una vida mejor.
Es la ciudad de los sueños rotos.
Quizás sea por eso los gatos están tristes.
martes, 16 de junio de 2009
Estambul
Publicado por Ezequiel a las 10:07
Etiquetas: A veces me pongo poetico
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2 personas opinaron sin que les pregunten:
oh... qué hermoso post!
lástima lo de los gatos tristes... quizá podamos llevarles pompones, o cascabeles...
No sé si los gatos están tan tristes como melancólicos. La tristeza me parece algo más puntual, pero lo de los gatos es melancolía pura, eso que hace bastantes años la gente pensaba que era una posesión maligna o la enfermedad del sueño.
¿La enfermedad del sueño roto?
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