lunes, 22 de junio de 2009

Delhi, dia 2

por ahora, al menos, mi idilio con Delhi continua. Hoy anduve de shopping, y parece que soy bastante bueno en esto: mis hosts estaban muy sorprendidos de los precios que había conseguido (acá, los buenos precios son como los laureles, hay que saberlos conseguir. Todo se regatea). Estuve por la mañana -algo así como- una feria de artesanías regionales, donde no encontré nada que me inspirara demasiado. era todo seda y pipí cucú -o eso te decían los vendedores, aunque en otras palabras de su inglés cantado- y las cosas que realmente me gustaron, eran demasiado voluminosas, al menos para comprar a esta altura del viaje. Por suerte los últimos días vuelvo a delhi, así que todo se negocia. Por la tarde, en cambio, estuve en un bazaar callejero, que viene a ser algo así como Nueva Pompeya en hora pico pero a la décima potencia, y eso si que era un deleite (para mi, pero vaya mi comprension para los que lo odian), esas calles frenéticas llenas de vendedores, telas, blusas, todas las porquerías imaginadas o por imaginar-aunque admitamos que los productos se repetían bastante de local a local-, motos, tuk-tuks, sartenes, -ya sea a la venta o friendo-, clientes de múltiples nacionalidades -aunque por suerte en su mayoría indios-, y el toque indispensable para que no nos confundamos de país, vacas. Si, es así como te lo contaron : las vacas van por la calle, sueltitas nomas, a donde quieren porque son sagradas.

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