jueves, 26 de junio de 2008

Gajes del oficio

Mis planes de convertirme en un autoestopista consuetudinario sufrieron hoy un tropiezo que no los ha herido de muerte pero les ha dado un buen golpe (y recuperarse les va a llevar unos días de reposo). Dejé Praga por la mañana con una lluvia, no copiosa, pero real. La lluvia no es siempre mala noticia para el hitch hiker pues generalmente te levantan más rápido. Aunque a la mayoría de la gente uno no le importa (y no tiene por qué importarles, la verdad) hay más conductores dispuestos a evitar que te mojes que a prevenir que te insoles. Dicho y hecho, con cartel “BRNO” en mano, me acerco a los auto en la primera estación de servicio de la ruta, y antes que pudiera decir Prósim estaba sentado en una bonita 4x4 que raudamente emprendió el camino. Comienzo inmejorable. Mi buen amigo iba a Brno pero no más allá, y yo sí, de modo que hube de solicitarle (en alemán, que es lo más parecido a un idioma que conoce esta gente. Inglés ni hablar. Portugués, Italiano o Español no sabe/no contesta) que me dejara en una estación de servicio antes de llegar a la ciudad. Le señalé una. Comentó algo indescifrable pero dijo que era “Gut”. Bueno, me parece que no era. Casi 3 horas estuve allí, muy pocos autos, de todos los consultados sólo uno iba hacia mi detino y totalmente lleno de variopintas porquerias. Los demás, simpatía en el mejor de los casos (y notablemente entre los alemanes que ademas son los únicos que hablan ingles) Pensé entonces que esa estación era el problema y me dije, necesito una de esas estaciones con McDonald’s y paradero de camiones donde hay autos todo el tiempo. Así que le pedí a un conductor que me llevara hasta la siguiente estación de servicio, a lo que no podía negarse (y no se negó). Pero sorpresa, no había otra estación de servicio antes de Brno, que es a donde iba este buen hombre. Y salir de una ciudad sin saber por donde no es nada fácil... le dediqué 3 horas más de intentos inútiles, que lo eran básicamente porque no encontré el lugar correcto para preguntar (que es la clave para conseguir aventones: un lugar donde uno sepa que los autos van en esa dirección, que ellos sepan que uno sabe, preguntar mirando a los ojos y con una sonrisa, y es como tener pasaje). Dije y bueno, otra vez será, yo me tomo el bus. Busqué (y encontré, que no fue fácil) la terminal, a Krakow por favor (les paso el diálogo ya traducido, pero imaginense que en la estación de buses de inglés no hablan una palabra, total, mira si va a haber extranjeros en una terminal de omnibus...), a Krakow hoy no sale amigo, mañana sale, y bueno, visitaré Brno hoy, uno para mañana prósim, ah pero no hay lugar, ah, y cuando hay por favor, tengo para el 31 próximo (era 19)... vuelvo a la ruta, más intentos inútiles, y ya es claro que no voy a llegar de día... tal vez si voy al próximo pueblo, y arranco desde ahí temprano...vuelvo a la terminal con la cola entre las patas, intento llamar algún host de Brno a ver si puedo dormir en alguna casa... pero claro, el teléfono público no acepta los números tal como me los pasaron (ver al respecto reflexiones específicas en mi post “comentarios odiosos...”). Ahí veo uno con cara de universitario, tiene que saber marcar y hasta capaz sabe inglés. Albricias, sabe todo eso y más, y me lleva a la estación de tren donde me entero que con una suerte de curiosas combinaciones puedo estar en Cracovia a las 6 de la mañana (lógico, sólo 10 horas de viaje para 300 kilómetros, hablaban de los trenes argentinos?) y gran jolgorio de mi parte que supera en mucho la culpa de haber abandonado el deportivo intento antes de tiempo. Pero otra vez será.

Y bueno, gracias a esas curiosas combinaciones de las que les hablaba estoy ahora esperando mi siguiente tren en Ceska Trebova, que es un pueblo que con justa razón no figura en los mapas. Como tenía que esperar dos horas acá busqué (y encontré, eso es lo sorprendente) un café donde sentarme un rato. Y desde aquí transmito (es un decir, porque no hay WiFi, gracias que hay electricidad). El otro día escuche una frase que se aplica exactamente a este lugar: si pasa algo es porque el perro está vivo. Y ni un ladrido, hasta ahora.

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